viernes, 15 de agosto de 2008

Lo inmoral de la moral

Anoche, tumbada en la cama justo antes de dormir, me preguntaba quién impuso las leyes de la ética en el mundo. Quién dictó por primera vez qué era lo bueno y qué lo malo, construyendo piedra a piedra el sendero de la “buena” conducta. Las leyes morales siempre han guiado al ser humano, aunque cada uno instale en su conciencia sus propias normas, siempre vienen a nosotros otras tantas ajenas. Ya sea en forma de prohibiciones, deberes, órdenes o simples consejos. Al final, todas se reducen a orientar nuestra propia conducta por lo que cada cual cree que es lo correcto.

¿Pero alguien puede definir qué es lo correcto? ¿Qué pasaría si una persona viviera como quiere haciendo lo que siente en cada momento? Sin pensar en obligaciones, en normas sociales, en la buena conducta. ¿Seríamos más felices o el mundo se convertiría en un desbarajuste imposible de controlar? Leyendo libros de Jorge Bucay he llegado a pensar que realmente sólo seremos felices cuando nos dejemos llevar por lo que queremos. Hay quien durante toda su vida sobrevive (que no es lo mismo que el que vive) siendo una marioneta en manos de la ética.

Quizás yo misma no haya aprobado determinados comportamientos de la gente y me haya encontrado dando consejos de moral, pasados de moda, a alguien. Pero conforme pasa el tiempo me voy dando cuenta de lo subjetivo del concepto de correcto. Cada individuo puede vestirlo con las ropas que le plazca sin que este deje de ser mejor que el del vecino. Por tal, nadie debería juzgar a nadie por lo que hace, si lo hace porque así lo siente.

Alguien me dijo hace poco que una fecha no debería atarnos. Pero, ¿quién dicta las reglas del tiempo? ¿Por qué es pronto o tarde para algo? Si lo sientes justo ahora……¿por qué no hacerlo? Quizás acabemos estrellados contra el suelo. Quién sabe. Pero antes o después conseguiremos levantarnos. Si algo he aprendido es que nadie se muere de un golpe, por duro que pueda parecer. Al final, de un modo u otro, acabamos por sacudirnos el polvo y seguir andando.

Sin embargo siempre nos arrepentiremos de haber dejado algo por hacer, de no haber aprovechado un momento. Hay ocasiones en las que sientes que hay que tirarse a la piscina, aún sin saber a ciencia cierta si hay agua o no. Cuando eso pasa, cuando no cabe la duda muy a pesar del riesgo, lo verdaderamente inmoral sería dejar de hacer, decir o vivir aquello que nos haga sentir así.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para todos los gustos...

Bonita disertacion, sobre la conducta. No eres la unica que se lo plantea. Ya en la filosofia antigua existia esta inquietud.
Me cuido de darte la charla de mi bachiller de letra. Solo comentarte el principio del "relativismo moral de Protagoras"."Todo esta bien si a su autor se lo parece."

En algun momento te daras cuenta que de tantas incertidumbres, de que hubiera pasado, y si..?. Al final solo son decisiones, algo tan importante que ha llevado hasta donde esta, asi como la buenas decisiones como las malas. Asi que ya puedes estar orgulloso/a de ambas.

Odracir Num Ira dijo...

Esta entrada me ha hecho recordar un tema acerca del cual he debatido con amigos en contadas ocasiones: el relativismo moral.

Actualmente creo en que el concepto de moral es algo absolutamente subjetivo. No creo que exista una moral absoluta; no se puede decir que algo está bien o está mal de forma universal.

Pecando de repetitivo, expondré el clásico ejemplo del islamista radical: que inmolándose contra civiles, soldados iraelíes, o vete a saber qué, cree que lo está haciendo bien. Cree de veras que hay un dios que le concederá beneficios por ello, y que tendrá el cielo garantizado.

No es difícil llevar este razonamiento un poco más allá, y darse cuenta de que cualquiera, dependiendo de lo que se le enseñe desde su infancia, puede tener un concepto u otro de lo que es el bien y el mal.

Por otro lado, que crea que exista el relativismo moral, no significa que me haga nada de gracia. Siendo sincero, considero que mi moral es bastante superior a la de otras culturas, las que por ejemplo apedrean mujeres cuyo único crimen fue el de haber sido violadas. A su vez, bajo el punto de vista de aquellas culturas, nosotros posiblemente seremos, en muchos aspectos, engendros del mal desbocados.

Déjame decirte que, si bien relativista moral, también soy un clasista moral.

Candies_M dijo...

Al final comentaste la entrada, jejeje.

Ya sabes que pensamos más o menos igual en lo que a moral se refiere. El concepto es efectivamente relativo dependiendo de cada cual. Por eso digo que mi moral no es mejor que la de nadie. Pero como es la mía, es la que a mí me vale y por la que yo me guío. No es ser clasistas, lo que nos guía es lo "correcto", a nuestro entender.

Evidentemente yo tampoco apruebo determinados comportamientos del tipo que acabas de nombrar (ciertas ideas islámicas, los que lapidan a mujeres que han sido víctimas de violaciones y otras tantas por el estilo). Pero no creo que eso se trate de ser clasista, es que hay determinados comportamientos que atentan contra los derechos humanos, sin más vuelta de hoja. No se trata de tener una ética u otra. Por mucho que crean que Alá va a venir a salvar sus almas si se inmolan, eso es una barbaridad lo mires por donde lo mires. O aquello que hablamos del documental en el que quemaban la lengua de unos hombres para saber quién de ellos era culpable de un delito según las quemaduras. Eso es una salvajada (estúpida además), sin más. Efectivamente a veces hay morales que pecan en exceso de inmorales.

Pero ya sabes adónde quería llegar con la entrada. Cosas más "mundanas". ¿Quién dice que está mal salir a la calle desnudos, si no se le hace daño a nadie? ¿O quién dice que tu comportamiento es peor que el mío? La ética es totalmente subjetivo, por eso creo nadie tiene derecho a juzgar a nadie por lo que hace o deja de hacer.