jueves, 24 de julio de 2008

Escritores de vidas


“Últimamente me pregunto qué me ha hecho llegar aquí. Qué hice en qué momento para que las cosas sean como son ahora. Quizás no resignarme a lo que muchos creían mi destino. Echo un vistazo hacia atrás. Y otro detrás de ese atrás. Intentando llegar a ese primer momento. Pero ya ni me acuerdo qué causa produjo qué efecto. Sea como sea, siento que hice cosas mal. Pero otras pocas, tan bien…… que hoy no puedo más que alegrarme de que me hayan llevado hasta ti”


Como si de un libro se tratara. Como una novela ya escrita que avanza con cada página, nueva para los ojos que la leen, pero que ya era así antes de que alguien llegara a ella. Algo que no podemos cambiar porque está escrito y hagamos lo que hagamos todos los caminos fluirán en una misma dirección. Eso (dicen) es el destino.

Pero la vida no puede ser algo tan aburrido para que ni siquiera podamos escribir nuestra propia historia. No se puede esperar a encontrar el camino, cada uno tiene que hacerse el suyo. Las cosas que nos ocurren son efecto de las anteriores. Nada ocurre porque ya esté predestinado para nosotros sin importar lo que hagamos. La causa de que hayamos llegado a este punto del camino es única y cualquier otra nos hubiera guiado por cualquier otro lugar. O quizá habríamos llegado a mismo sitio, pero desde un camino diferente. Eso seguro.

Somos libres de elegir y forjar nuestra vida sin seguir un patrón que vete a saber quién escribió mucho antes de que existiéramos siquiera.

El destino se convierte en una excusa. Invención humana ligada muchas veces a creencias religiosas. Un “no había nada que hacer”. Un “porque sí”. “Porque ese era su destino”. Resignados a que lo incierto controle lo mundano. Y aunque no se puede borrar lo que ya ha ocurrido, me molesta que la gente se queje de su vida sin hacer nada por cambiarla. Achacan al destino lo que ocurre y viven en un aparente inconformismo que no hace otra cosa que disfrazar una conformidad con lo que hay. Pero no nos engañemos, porque cada cual, dentro de sus posibilidades, es dueño de su propia historia.

Todos nacemos con una pluma y un libro en blanco. Sólo que algunos prefieren tirarlos y leer una novela rancia que encontraron en algún rincón. Y otros preferimos seguir siendo escritores una vida.

Escritores de nuestra vida.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Demasiado profunda te pones a las 6 de la tarde.

A pesar de estar ocupada escribes mas que yo en el blog.

No todos venimos con un libro y una pluma...

Yo vine con un disco y una licencia de Microsoft Word.

Freak power
Javier

Candies_M dijo...

La informática definitivamente es como una secta, no nos escapamos ni uno de decir o hacer frikadas ;)

Que conste que yo me paso de cuando en cuando por tu blog, pero siempre lo tienes igual. Yo también tengo esto abandonado, pero algún ratito saco para escribir algo, más sabiendo que todavía hay quién me lee :)